jueves, 3 de marzo de 2011

SHIATSU: EL MASAJE MÁS SUTIL

SHIATSU: EL MASAJE MÁS SUTIL: "
El “Shiatsu” es una palabra de origen japonés que significa “presión (Shi - ) con los dedos (-atsu)”. Se trata de una terapia manual consistente en la aplicación de presión con los dedos pulgares, nudillos, codos y las palmas de las manos (e incluso algunos terapeutas emplean sus pies) sobre determinados puntos; a la misma vez que terapeuta y paciente coordinan sus respiraciones para favorecer el intercambio y el flujo de energía . Por ello, está basado en los mismos principios que inspiran la acupuntura, de hecho especialmente se centra en los puntos situados a ambos lados de la columna que coinciden con uno de los canales principales y meridianos más largos que existen en el cuerpo: el canal de Vejiga. No obstante, engloba muchísimos más puntos que coinciden con los que componen el resto de meridianos del cuerpo. El objetivo es, al igual que todas las terapias complementarias, lograr el equilibrio de nuestro 'Chi', energía vital interna que provoca sintomatología cuando esta se desequilibra.


ORIGEN Y EVOLUCIÓN
Los fundamentos del Shiatsu se remontan a dos escuelas principales: la MTC (Medicina Tradicional China) y otra basada en la anatómica y fisiológica occidental. Desde 1964 esta terapia está regulada por el Ministerio de Sanidad de Japón, gracias a la metodología y estudios del impulsor del Shiatsu, Tokujiro Namikoshi (1905 - 2000). Conocido como el padre del Shiatsu moderno, fundó el Colegio Japonés de Shiatsu en 1940, apoyándose en la teoría anatomo – fisiológica occidental de la que hablábamos anteriormente. Curiosamente, a la edad de 7 años Namikoshi descubrió su vocación al presionar puntos dolorosos en el cuerpo de su madre, que se hallaba con artritis reumatoide.

Cabe señalar, que el Shiatsu es un compendio de numerosas terapias tales como la fisioterapia, osteopatía, masoterapia y la quiropráctica americana, entre otras. Tanto es así, que nunca llega a delimitarse claramente las diferencias entre unas terapias de otras, pues como ya sabemos todo hace referencia a lo mismo. Los acupuntores trabajamos con canales, con puntos, depresiones, músculos, zonas tendinoligamentosas, conexiones neurológicas, emociones, sabores, colores, estaciones, climatología, energía...etc. Lo cierto es que, desde mi modesta opinión, todo es acupuntura, todo es Shiatsu, todo es fisioterapia, masoterapia, osteopatía, homeopatía, artes marciales y un eterno etcétera. Podríamos remontarnos a muchas más referencias similares, pero la lista sería interminable y nunca dejaríamos de hablar de lo mismo. Todas ellas viven en todo lo que hacemos, desde el nacimiento hasta la muerte.

DESARROLLO DE UNA SESIÓN DE SHIATSU
Lo que se pretende en una sesión de Shiatsu es equilibrar y prevenir (mejor si se realiza semanalmente), más que aplicar un tratamiento sintomatológico, aunque cabe matizar que ambos conceptos van de la mano. Una de las ventajas de la práctica del Shiatsu es que no precisa que el paciente se desvista, pues puede ser aplicado a través de la ropa siempre que esta no sea excesiva en cuanto a cantidad, o posea tejidos muy gruesos. Se puede practicar con el paciente en decúbito supino, Fowler (sentado – incorporado), decúbito prono y/o decúbito lateral (ideal si es lateral izquierdo en mujeres embarazadas). Ante todo, el paciente debe estar siempre cómodo.

En primer lugar, se realiza siempre la anamnesis a conciencia, posteriormente el diagnóstico pulsológico y el diagnóstico energético a través de la palpación de puntos dolorosos “Mo”, situados en el abdomen. Si precisa, en función de la información que nos haya transmitido el paciente, valoraríamos más exhaustivamente los canales secundarios (afectación más profunda que los canales principales) tales como los puntos “Lo”, “tendinomusculares”, y ya menos empleados los “maravillosos” o “curiosos”. A título informativo para que el lector pueda ubicarse, los canales principales son las líneas de tensión que se crean cuando realizamos un movimiento en concreto. Los canales secundarios hacen referencia a las líneas de tensión que se crean cuando realizamos variaciones en esos movimientos o combinamos varios de ellos.

Una vez tengamos los datos, realizaremos presión sobre los puntos que aparezcan dolorosos y que consideremos convenientes en función de la información obtenida y que comentábamos en el párrafo anterior. Debo señalar, que al igual que sucede con la práctica de la acupuntura, no siempre hay que provocar el mayor dolor al paciente durante la punción o la presión. No olvidemos que cada paciente posee un umbral del dolor diferente, y que puede verse afectado por diversas causas (edad, situación emocional, climatología y ambiente, estación...etc) y que deberemos conocer y tener muy en cuenta. Buscaremos el punto doloroso, pero no provocaremos dolor en demasía, no por ello será más efectivo. Cuanto más consigamos relajar a la persona, mayores serán los efectos.


FUNDAMENTOS TEÓRICOS: TEORIA DEL CONTROL DE ENTRADA DEL DOLOR

Cuando sentimos dolor, flojedad, rigidez, molestia o cualquier otro tipo de alteración, siguiendo un instinto primitivo y ancestral el primer acto reflejo inconsciente que desarrollamos es llevarnos la mano a la zona que duele, frotar y/o presionar. Hoy en día en cualquier tratado de Medicina y Fisiología Médica podríamos comprobar que esta acción se conoce como la teoría del “control de entrada del dolor”. Ante la sensación dolorosa, se produce una alteración y un cambio en el umbral nervioso, el primer estímulo que llega al cerebro es el dolor. Si nuevamente provocamos un nuevo estímulo, como es la presión que nos “aliviará” el dolor, el umbral nervioso volverá a cambiar, el cerebro se irá adaptando a esta nueva sensación y percibirá esta nueva señal táctil y la interpretará como una “disminución” del dolor. De ahí que recurrir al masaje sea tan antiguo como la propia existencia, inherente a ella, y llevado a cabo mucho antes del “descubrimiento” de la Medicina.

La diferencia entre el Shiatsu y otras técnicas de masoterapia reside en que mientras estas aplican palpaciones más “rudas” (amasamiento, fricción, golpes, frotamiento...), el Shiatsu es mucho más sutil. Emplea las yemas de los dedos, palmas, codos, pies, nudillos de forma gradual y progresiva, y especialmente con mucha calma. De este modo, los músculos se hacen poco a poco más flexibles y receptivos al tacto.

EVIDENCIAS CIENTIFICAS
Remito al lector a referencias bibliográficas que se basan en lo siguiente. Según el buscador Wikipedia:

No existe consenso, ni evidencia objetiva contundente que avale que la terapia mediante shiatsu es eficaz, y capaz de realizar la curación, sanación o tratamiento de pacientes.
Actualmente existe una muy pequeña cantidad de evidencia o pruebas que avalen el uso del shiatsu en el tratamiento de distintos tipos de dolencias o desórdenes. La organización Cancer Research UK es muy clara en el sentido de que no considera que el shiatsu sea beneficioso en el tratamiento del cáncer, sin embargo si afirma 'que algunos estudios utilizando terapias de masaje en general (incluído el masaje shiatsu) sugieren que podrían ser útiles como terapias complementarias para personas con cáncer u otras dolencias'.[5]
En el 2006 se llevó a cabo una revisión sistemática a gran escala de evidencia y publicaciones, que fue realizada por la Shiatsu Society UK en colaboración con la Thames Valley University.[6] La búsqueda bibliográfica utilizó PubMed, OVID, Science Direct, Blackwell Synergy, Ingenta Select y Wiley Interscience, The Index of Theses[7] y ZETOC. Los resultados y conclusiones del estudio se enfocaron en el control de síntomas/mejoría para diversas dolencias e incluye una serie de recomendaciones para futuras investigaciones sobre la eficacia del shiatsu como tratamiento médico.
Andrew Long de la Escuela de Salud de la University of Leeds (Facultad de Medicina y Salud) publicó en el 2007 un documento enfatizaba que una muestra de pacientes consideraban que sus terapeutas escuchaban con atención a sus clientes. Los terapeutas eran también considerados dignos de confianza, cálidos y capaces. Los clientes también indicaron que se sentían relajados, calmados y de mejor ánimo para afrontar sus problemas. Una mejoría de magnitud estadísticamente significativa en cuanto a los síntomas, fue indicada en el informe por un gran número de participantes con niveles de stress y problemas musculares y/o en las articulaciones fueron los que presentaron mayores mejorías.”








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