domingo, 28 de noviembre de 2010
Al entregar mis preocupaciones a Dios, disfruto de descanso y renovación
Al entregar mis preocupaciones a Dios, disfruto de descanso y renovación: "
Las preocupaciones cotidianas y la creencia de que necesito hacer todo por mí mismo pueden interferir con mi habilidad de dormir y de disfrutar de una noche de descanso. Así que, ¡en vez de entregarme a las preocupaciones, me entrego a Dios! Recuerdo que para dar lo mejor de mí debo cuidarme. Al velar por [...]"
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